Durante 2024 el gobierno chileno anunció el Plan Nacional de Data Centers, un proyecto que persigue atraer inversores en esa tecnología. Si la medida es positiva y traerá progreso al país, depende de cómo se aborde, pues se sabe que los centros de datos consumen grandes cantidades de recursos para su funcionamiento.,
Un data center es una instalación física diseñada para albergar y operar servidores, sistemas de almacenamiento, redes y la distribución de grandes cantidades de datos. Gracias a ello pueden funcionar servicios digitales como las aplicaciones empresariales, servicios de streaming, redes sociales, banca en línea, comercio electrónico, entre otros.
El gobierno de Gabriel Boric , de acuerdo a lo expuesto en el Plan, espera crear un entorno favorable para la inversión, impulsar la descentralización del crecimiento, fomentar la instalación de nuevas infraestructuras en regiones con acceso a energías renovables, promover la creación de empleos locales y asegurar una gestión responsable del agua.
¿Qué ofrece Chile y cuánto ganaría el país?
Para procesar y almacenar tan cuantiosa cantidad de datos, el país austral pone a disposición de los data centers espacio, energía, refrigeración, conectividad y agua. Mucha agua. Un data center que utiliza sistemas de refrigeración por evaporación constante gasta 1,8 litros de agua por kWh del consumo total de energía. Y en un data center de gran escala el uso diario de agua varía entre 1 a 3 millones de litros. Toma en cuenta que con 3 millones de litros puede abastecerse todo un día una ciudad de 40.000 habitantes, como La Unión, en la Legión de los Ríos.
¿Cuánta agua se necesitaría para llevar a cabo el proyecto del gobierno? Depende de la tecnología de enfriamiento que se emplee (torres de enfriamiento o enfriamiento por evaporación), criterios de eficiencia energética, ubicación de los centros (mientras más cálidos sean los lugares, más agua se necesitará para el enfriamiento de los equipos), el tamaño y capacidad del data center y las estrategias de sostenibilidad que se lleven a cabo (reciclaje del agua, entre otros).
Actualmente, la industria de data centers en Chile representa aproximadamente el 2% del consumo global de electricidad, de acuerdo con el documento Plan Nacional de Data Centers. En total, existen 22 funcionando entre Santiago y Valparaíso. El gobierno prevé que esta cifra se triplique en los próximos cinco años.
Google intentó construir un data center en Cerrillos, para ello se autorizó la extracción de 169 litros por segundo del Acuífero Santiago Central. El Segundo Tribunal Ambiental destacó la importancia de incorporar la consideración de los efectos del cambio climático en la evaluación del componente hídrico y detuvo el proyecto.
Más tecnología y menos agua
La demanda de servicios digitales aumenta y el agua escasea. Chile podría crecer económicamente y elevar su PIB gracias a la creación de más data centers, las proyecciones apuntan a que en 2030 el país ganará 1.700 millones de dólares. Sin embargo, la calidad de vida de su gente puede verse seriamente afectada si el agua se destina a esta tecnología. Chile ha padecido una sequía de 15 años y encontrará desafíos importantes para impulsar la economía y paliar las limitaciones hídricas.
Entonces, ¿de dónde obtendremos el agua? La Asociación Chilena de Desalación y Reúso de Agua propone el uso de aguas no continentales, como el agua desalada o las aguas residuales tratadas. Existen experiencias exitosas similares en Estados Unidos y Dinamarca. Es un hecho que el agua que se usa para alimentar los centros de datos es dulce, aunque puede reciclarse. Esta práctica no es la más usada en el país y habría que implementar criterios de sostenibilidad muy sólidos.
En plena polémica con la creación de imágenes al estilo de Studio Ghibli, tendencia que incluye a miles de usuarios de internet y que ocasiona el gasto de un litro de agua por cada imagen producida, es pertinente resolver la disyuntiva progreso/sostenibilidad en Chile. El Plan ya está en marcha y la concienciación de todos los habitantes del país es más necesaria que nunca.
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