¿Robots que hacen que tu organización sea más resiliente? ¡Por qué no! Si Siri y Alexa pueden indicarte a dónde ir, las cámaras de los teléfonos mejoran la calidad y aplican filtros, la inteligencia artificial (IA) hace mantenimientos preventivos en las fábricas y hasta ayuda a los bancos a evaluar riesgos financieros. La pregunta correcta sería ¿por qué no empezar cuanto antes? Solo hace falta conocer los riesgos y oportunidades de involucrar la inteligencia artificial dentro de un sistema de gestión de continuidad del negocio.
La norma ISO 22301: 2019 es una norma de mucho valor para las organizaciones, ayuda a anticiparse a situaciones muy graves como la paralización de sus operaciones debido a interrupciones, debido a que establece los requisitos para implementar, mantener y mejorar continuamente un sistema de gestión de continuidad del negocio (SGCN). En pocas palabras, ayuda a que tu organización funcione frente a un ciberataque, un desastre natural o una pandemia, porque prepara las condiciones para seguir, aunque se presenten los peores escenarios. Pero todo ese potencial de estándar puede verse afectado negativamente si tenemos poca información sobre la complejidad que suponen los escenarios de interrupción, la capacidad de reacción y recuperación de la empresa podría fallar.
Un dúo poderoso
La IA confiere una capacidad adicional a las organizaciones para modelar los posibles eventos, porque:
- Es detectiva: en función a variables que se le facilitan a la IA, esta toma en cuenta ubicación geográfica, datos de la web, entre otros, que sirven para que el usuario concluya sobre posibles acontecimientos y desastres.
- Muestra oportunidades de negocio: gracias a su gama de datos y el rápido procesamiento de ellos es posible desglosar y contar con un portafolio de oportunidades, además de las probabilidades e impactos que estas tendrían en la organización.
- Facilita procesar el crecimiento repentino de las empresas: sea por un impulso del mercado, por ideas innovadoras o por el éxito de buenas gestiones, el crecimiento repentino del negocio suele venir acompañado de complejidades para gestionar. A las organizaciones en constante crecimiento les cuesta asimilar la gestión, pero al conocer los principios de continuidad del negocio y emplear la IA se facilita hacer análisis de riesgos de continuidad y el análisis de impacto para implementar cambios a nivel de procesos, y así prepararse y ser más resilientes. En ese sentido, la IA contribuye a acortar los tiempos de asimilación de las nuevas escalas que propone el contexto de la organización.
Potenciar sin reemplazar
Cuando ocurre una interrupción se presentan temas álgidos como la asignación de recursos. Es un acierto utilizar la IA para establecer variables de recursos reducidos, hacer iteraciones y combinaciones a modo de ejercicios para que cuando llegue una interrupción real se racionen los recursos en función a las variables conocidas por la IA y se acelere la recuperación. La IA resulta más ágil y segura que el ser humano, y eso coadyuva en la toma de decisiones sin reemplazar a las personas. Es una herramienta que potencia la capacidad de los seres humanos, no la sustituye.
¿Todo es color de rosa con la IA? No, y aunque es una tecnología que vale la pena usar, existen riesgos a tomar en cuenta:
- La IA es rápida y eficaz, pero puede fallar. Si solo visualizamos las amenazas y recomendaciones de la IA, sería fácil omitir nuevas fuentes de riesgos y amenazas. Puedes confiar en la IA, pero si no la nutres con datos relevantes y actuales sobre el contexto, no tendrá cómo hacer proyecciones ni reaccionaremos oportunamente.
- Es una tecnología nueva y no está suficientemente regulada. Por eso surgen dilemas éticos difíciles de discernir, aparte de que la forma en que se obtienen y procesan los datos es de gran envergadura y rapidez y anteriormente no hemos lidiado con tal tecnología.
El balance beneficio/riesgo es favorable para la IA, una herramienta tan eficaz que puede contribuir con la empresa incluso antes de que el desastre se presente, lo puede prevenir. Y si ocurre, entonces ayuda a combatir. Poco a poco se está convirtiendo en un aliado poderoso al que conviene conocer muy de cerca.
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